Cuando oíamos hablar de Casa Pepa en Ondara, todos nos quitábamos el sombrero, en señal de respeto y admiración. La mujer de quién tomó el nombre el restaurante, Pepa Romans, fue un gran referente durante muchos años en la alta gastronomía de la Comunidad Valenciana. Afortunadamente sus hijas cogieron el relevo, hasta que decidieron dejarlo en manos de Alberto Ferruz, de Bon Amb. Ahora Sole Ballester Romans, una de las hijas de Pepa, ha dado un importante giro a su manera de disfrutar de la cocina. Ya sabemos que llevar un restaurante galardonado con estrella Michelin es una tarea muy ardua y a veces poco grata, otros antes que ella también optaron por salirse de ese engañoso círculo de gloria y decidieron disfrutar con lo que les gusta que es cocinar sin presiones para la gente cercana que sabe apreciar lo que sale de sus fogones.
Sole ofrece en su carta una cocina tradicional, basada en la calidad del producto de proximidad, en su maestría y oficio. Le asiste un nutrido grupo de colaboradores que contribuyen a que la experiencia resulte gratificante.
La carta no es muy extensa, lo cual es coherente con la filosofía del local, cocina de proximidad y de mercado. Inspira confianza. Cuando en otros sitios veo una carta muy extensa, con mucho producto disponible, desconfío, todo no puede ser fresco de cada día.
La carta de vinos aún es más corta, en este caso eso no es una virtud, ya sabemos que el inmovilizado de la bodega es un peso difícil de soportar, sobre todo para los establecimientos que no llevan mucho tiempo abiertos. Además, oyendo las peticiones de bebida de los vecinos de mesa (sangría y cerveza en jarra, que no les sirvieron, con buen criterio) se entiende que la oferta de vinos sea escasa. Si no hay demanda no puede haber oferta.
Nosotros elegimos el Abad Dom Bueno, elaborado con la variedad godello por la Bodega del Abad, de la DO Bierzo. Un vino equilibrado, con una acidez moderada y un paso de boca amable.
Junto con el servicio del pan nos ofrecieron tomate natural preparado y all i oli. El primero muy bueno, el segundo demasiado suave, le faltaba un poco más de ajo.
El pan era bueno, buena corteza, crujiente y sabrosa y una miga esponjosa, aromática y suave.
Pedimos varios platos para compartir y uno principal para cada uno. Empezamos con media ración de ensalada de tomate, que viene pelado, con cebolleta y "capellán" (bacaladilla en salazón). Estaba muy rica, buen producto.
Después unas “coques de dacsa” (tortas de maíz) con atún, huevo, pepinillo, cebolla encurtida y tomate seco. Sabores reconocibles por su autenticidad.
Media ración de ensaladilla de ventresca de atún. Se está popularizando servir este plato con los ingredientes separados, por un lado tenemos la patata con las verduras, excepto el pimiento que viene en una crema al lado y el atún encima. Creo que se pierde la fusión de sabores que proporciona la mezcla de todos sus ingredientes.
“Coca de mullador”, es un plato típico de La Marina, suele llevar pimiento, tomate y berenjena asados. Buena la masa de la coca y las verduras. Un bocado sabroso.
El "suquet" de pescado de roca venía con una elaboración muy cómoda para comer, al caldo del guiso se le han añadido unas patatas cocidas en él y un buen trozo de pescado, lubina seguramente. Estaba exquisito.
El bacalao al estilo de Manuela la portuguesa estaba espectacular. El lomo de bacalao era de ración generosa y de calidad, como todo lo anterior. Bacalao al horno con cebolleta y patata, rociado con una fritada de ajo. Impresionante.
Como la comida resultó muy abundante, a pesar de haber pedido medias raciones de casi todas las entradas, no pudimos tomar postre, todo tiene un límite, a pesar de que la tarta de queso de aquí es famosa. Una razón más para volver.
Suelo fijarme en algunos matices que me indican si en un restaurante se preocupan por tener toda su oferta al mismo nivel. Por ejemplo el café, muy descuidado en demasiados sitios. Aquí no fue el caso. Me sirvieron un café con aroma, sabor, equilibrio y cremosidad. Si os interesa podéis leer lo que escribí hace algunos años (12 años) sobre este tema.
En resumen, un buen lugar para disfrutar de una cocina honesta, rica, con calidad y buena materia prima.