Una transmutación que no ha terminado
Lo que empezó siendo Origen Clandestino se ha convertido en Paraíso Travel, taberna latina, un concepto más acorde con las condiciones del local, algo más informal, que recupera los platos más exitosos de la etapa anterior. De aquí resurgirá en su día el nuevo Origen Clandestino, como un ave fénix, pero será un concepto más ambicioso, en otro entorno más adecuado para la cocina que Junior Franco sabe concebir y desarrollar. Una cocina joven, fresca, exótica y original, que ha encandilado a un buen sector de los muchos disfrutones gastronómicos valencianos.
La cocina de Paraíso Travel es una fusión de tendencias gastronómicas, americanas, mediterráneas y orientales, no importa de dónde procedan si el resultado es satisfactorio. La prueba son estos kikos garrapiñados con wasabi, que se ofrecen como snack. Algo salados, un poco dulces y con un toque picante procedente del rábano japonés.
El menú degustación, que se compone de cinco platos y un postre, cuesta solamente 38€. Aunque también se puede comer a la carta. El desfile de platos, llenos de colorido y sabores, que hacen despertar a todas las papilas gustativas, es continuo, como por ejemplo estos mejillones al vapor mexicanos, con salsa de aguacates, pimiento soasado, tomates verdes, cebolleta verde y cacahuete. Se come de una vez todo el contenido de la concha del mejillón para sentir el conjunto de todos los ingredientes en la boca a la vez. Un plato muy fresco por el toque acentuado de la lima y que le aporta un sabor muy exótico.
Empanada de rabo de vaca. La masa se hace de maíz y yuca, en el interior lleva un guiso de rabo de vaca con una salsa de chile chipotle mexicano para darle un ligero toque picante y se completa con patata criolla amarilla. Se empieza a comer como una croqueta, con un pequeño bocado, para que se renueve el aire del interior y se enfríe un poco. Muy sabrosa.
Cebiche de Cartagena de Indias, lleva gamba roja, con una salsa elaborada con leche de tigre y agua de tomate, que simula un ketchup ligero, sobre una tosta crujiente de plátano macho y una crema de aguacate, cilantro, y cebolla morada por encima. Este plato está espectacular. Aglutina casi todos los sabores: ácidos, picantes, salados y un poco de dulce.
Erizo con crema de maíz y salsa de tuétano a la brasa. Poco se puede decir más de este plato que no diga su descripción, solamente que estaba exquisito.
Sepia sucia, sepia limpia, crema de sepia, calabaza y cardo. La combinación de las dos sepias ya habíamos comprobado que resulta exquisita, en este caso nos reafirmamos en ello, es una genialidad esta combinación. Me gusta mucho.
All i pebre de anguila con alcachofa a la brasa. Nueva fusión, en este caso recurriendo a la cocina mediterránea, que acaba dando muy buen resultado. La anguila completamente desespinada, servida sobre hoja de platanera.
El plato de la anguila anterior iba acompañado de un tamal de boniato con sobrasada. Como es sabido, la sobrasada es un producto típicamente mediterráneo, y en este se sigue el paralelismo del plato al que acompañaba. El tamal es una pasta vegetal que se rellena de carne o de cualquier otro ingrediente, se envuelve en una hoja vegetal y se cuece al vapor.
Sancocho de merluza, yuca, plátano macho, patata y mazorca. El sancocho es una sopa a la que se le ponen verduras, tubérculos y alguna carne o pescado. En esta ocasión además del caldo y la merluza iba acompañada de unas huevas de trucha que le daban un toque exquisito.
Vaca rubia gallega, de lomo bajo curado más de treinta días, setas enoki sazonadas con una salsa de soja y cítricos, tallarines de apio y unas semillas de cacao picadas. Asia (setas) América (cacao) y España (vaca gallega) en el plato. Mestizaje completo, originalidad con los tallarines y sabor exquisito.
Cóctel de ginebra mediterránea con notas cítricas que en la última destilación se le añade flor de azahar, jugo de limón natural, sirope casero de romero y de tomillo, un poquito de sal, aceite de oliva virgen extra y un biter de cítricos de angostura.
Merengue de guanábana con crema de queso gorgonzola, gel de feijoa y nueces pecanas. Sorprendente.
Sorbete de tarta de limón y lulo. Ganache de galleta y chocolate blanco, gelatina de limón, sorbete de lulo, fiscales bañados en chocolate y yogurt liofilizado. Mucho sabor.
Tarta de arequipe. En la base una galleta con café colombiano y mantequilla tostada, en el centro una mousse de arequipe y plátano, y encima una gelatina de limón y vainilla, al lado nata infusionada con hojas de lima kefir, todo ello espolvoreado con cacao. Muy buen postre.
Una cosa hay que advertir. Aunque hay una pequeña carta de vinos, este tipo de comida se lleva mejor con otro tipo de bebidas. Ellos recomiendan maridar con unos cócteles que se elaboran al momento. No obstante el blanco Navazos Neiport se comportó muy bien con todos los platos del menú.
Una experiencia que recomiendo para todos los que sepan apreciar la cocina latina y de mestizaje. No hay que perderse la posibilidad que tenemos de disfrutar de esta vivencia que resulta espectacular y muy gratificante ¡Ánimo! Si vais sé que volveréis.