
Gracias a esta fachada impresionante, en la que se ubica la terraza exterior del restaurante, se localiza con facilidad Casa Granero. Cuando accedes a su interior te encuentras con varios comedores a distintos niveles, debido a la orografía del terreno, decorados con infinidad de objetos, carteles y fotografías, tal como puedes apreciar en la foto de la cabecera. El mobiliario es rústico, las mesas de madera sin mantel, una moda que sigue sin convencerme. El servicio es muy eficiente, suficiente y atento. La carta está configurada a base de una cocina tradicional, en la que destacan por su aceptación y éxito los arroces y las fideuás. Han ganado más de un premio con ellos. Hay que destacar que anualmente celebran unas jornadas de la matanza del cerdo en las que se ofrece un menú especial con productos de la misma. Este año 2025 se realizará la edición XXXª, suele ser entre finales de febrero y la primera quincena de marzo.

Entre las entradas de la carta figura esta Sobrasada de la matanza Km.0 picantita con tostaditas de pan. Uno de los productos que salen de esas Jornadas Gastronómicas que celebran. La ración es para compartir y sale buena.

Seguimos con estos Buñuelos de patatas bravas que evidentemente no tienen nada que ver con el cerdo, pero que no desmerecen nada, en absoluto, están bien ricos. Con sus salsas de all i oli y la de tomate picantón.

A continuación tomamos las Rocas de pulpo con ajoaceite de membrillo. No tuvieron tanto éxito como los precedentes, seguramente le deberían dar una vuelta al concepto para afinarlo más.

Esta cuarta entrada me resultó espectacular, a la vez que contundente, pero hemos venido a jugar. Es una Coca de matanza con papada ibérica y habitas. Muy sabrosa, con autenticidad en todos sus ingredientes, sabores definidos y bien integrados. Un lujo de plato. Se nota que la materia prima procedente de este animal la dominan bien.

Se nota que el fuerte en los platos principales son los arroces, y por lo que tengo entendido los bordan, ya que en la carta que nos proporcionaron solamente había dos platos de pescado y cuatro de carne. Uno de ellos era este Rodaballo confitado con fondo de escalivada y aceite de la Sierra Calderona. Perfecto en todos los sentidos, en cuanto a sabor y hechura, el punto impecable. Un acierto, aunque no sea con arroz.

En el surtido de carnes teníamos este Entrecot de ternera a la plancha, que es para compartir, ya que su tamaño es considerable. Tierno y jugoso.

El entrecot te lo sirven con esta plancha al lado para que tú le des el punto final que te apetezca, y además poder tomar la carne bien calentita. Perfecto. Un detalle que debería proliferar más.

Hay un repertorio suficiente de postres para elegir, nosotros optamos por la Tarta de chocolate con nueces y salsa de chocolate caliente. Golosa y adictiva para los chocolateros.

Empezamos con este cava Gran Reserva Brut Nature de "Vins i Caves Blancher Capdevila Pujol" de Sant Sadurní d'Anoia. Elaborado con las variedades Macabeo, Xarel·lo, Pansa Blanca y Parellada. Su fermentación es en acero inoxidable y posteriormente permanece en contacto con sus lías finas. Después envejece más de 40 meses en botella.

Pazo de Señorans es uno de los mejores ejemplos de lo que se conoce en Rías Baixas como Vino de Pazo, una producción limitada al fruto de las viñas de una propiedad, con juicioso control de calidad y elegante presentación. Realiza la fermentación alcohólica a una temperatura controlada de 18ºC. Una vez finalizada la fermentación, hace la crianza sobre sus propias lías, en acero inoxidable, durante un mínimo de 5 meses antes de pasar a botella, donde aún reposará un mínimo de 4 meses más acabándose de afinar. Es un vino blanco aromático, de cargado carácter varietal con notas florales, combinado con recuerdos de fruta blanca. En boca es amplio, untuoso y bien equilibrado. Un vino largo y sedoso con un final balsámico. Magnífico.