Un local con vistas marineras
La ciudad de Dénia es un privilegio gastronómico, del que tenemos la fortuna de poder disfrutar con cierta facilidad todos aquellos que vivimos en la Comunidad Valenciana. La aparición de nuevos locales, con mejor o peor acierto, es un hecho que se constata, por poco que uno frecuente esta localidad de la costa alicantina. Con la construcción de la Marina de Dénia, se generó un lugar de ocio privilegiado, en la dársena del puerto deportivo. Aquí se encuentra ubicado el restaurante del que hoy nos ocupamos.
Dispone de una carta amplia, con predominio de productos del mar y una extensa variedad de arroces. Además ofrece varios menús gastronómicos y posibilidad de maridaje en la mayoría de ellos. La carta de vinos contiene muchas referencias, bien estructurada y con una amplia representación de casi todas las zonas españolas, también vinos extranjeros, con una sorprendente y abundante oferta de generosos y vermuts.
Nosotros escogimos el menú Tierra y Mar, que se compone de cuatro entradas, un segundo, a escoger entre dos de pescado y dos de carne, y un postre. Su precio era de 28,90 €. Pan, bebida y café no incluido.
Para acompañar al pan ponen una mantequilla de aceituna negra, sal maldon y ajoaceite.
Las piezas de pan, en formato pequeño, se podía escoger entre uno de semillas o éste.
Un buen aceite para degustar y abrir boca. Gran Selección Premium de Aceites Cazorla.
Al principio nos sirvieron unos aperitivos consistentes en croqueta de sepionet y pan soplado, con el anagrama del restaurante, con una crema de berenjena, tomate seco y cacahuete.
Fuera de carta había algunos platos interesantes, optamos por probar esta ostra Louis de Marennes Oléron, situado en la costa atlántica francesa. Está considerada como una de las ostras más sabrosas, y yo doy fe de ello.
El primer entrante, un típico plato de la Marina, el "mullador", se hace con tomate, pimiento asado y otras verduras. Este llevaba además huevo rallado y bacalao.
El tataki de atún con sésamo, un plato que tiene mucho éxito entre los asiduos del local.
El tercer entrante fueron estas croquetas de trufa y setas.
Para finalizar las entradas unas tellinas de playa. Todas bien abiertas y limpias de arena.
Uno de los segundos escogidos fue el bacalao negro con emulsión de ajo negro y miel, sobre puré de raíces.
El otro segundo que elegimos fueron estas colitas de rape con una crema de especias orientales y setas enoki.
Uno de los postres, una panna cotta de chocolate blanco, helado de mango y tierra de pistachos
El otro postre escogido fue el sorbete de lima, hierbabuena y jengibre.
Es un lugar muy agradable, sobre todo fuera de temporada, donde la tranquilidad es máxima. La terraza a mediodía estaba casi a la mitad de capacidad, un lunes laborable, y la atención y el servicio muy correctos. Con una carta tan amplia y sugerente, como la de Agua de Mar, es difícil no acertar en los gustos del comensal, sobre todo para los que disfrutan comiendo arroces cerca del mar, éste es un buen lugar. Vale la pena probar y disfrutar del entorno y la comida.