Para mi comer de chiringuito tiene un carácter desenfadado y nostálgico, es recordar aquellas comidas festivas de los veranos de nuestra niñez, cuando el acceso a los restaurantes "elegantes" estaba vetado para determinadas economías familiares. Recuerdo los cañizos que te protegían del sol y que resultaban tan frescos, dejando pasar el aire a su través y dando sombra a las mesas de tijera, las cuales se nivelaban perfectamente con un empellón sobre la arena para clavar un poco más honda la pata díscola que pretendía desnivelar la horizontal superficie de madera. Cubiertas con mantel de papel o incluso sin él, con el complemento de las sillas, también de madera, con el asiento de enea y que posteriormente fueron sustituidas por aquellas de listones que se plegaban con el mismo sistema de tijera que las mesas.
Ahora un chiringuito es un restaurante en la playa, cuyo origen pudo ser aquel pero que ha evolucionado mucho con los años. Mejor acondicionado, tanto en climatización como en mobiliario y atendido por un personal totalmente profesionalizado. Las cartas con una base importante de pescado y mariscos locales, han abierto sus hojas o QR a otros productos de un origen más terrenal o de mares más distantes. Pero basta de añoranzas, sin duda hemos ganado en todos los sentidos, tanto clientes como trabajadores. Éste del que hablamos hoy es un chiringuito familiar con más de sesenta años de existencia, por el que han pasado ya varias generaciones de propietarios. En la foto apreciamos parte del restaurante y el punto de elaboración de los espetos ya en el exterior al fondo de la foto.
Nuestra pretensión era probar cuantas más cosas mejor, lo más tradicionales posible, aunque alguna concesión siempre cabe, y que procediera del mar. Este molusco que ves reúne todas esas condiciones. La concha fina es un producto típico de la zona, se le llama también almeja de Málaga. Se suele comer cruda, para apreciar mejor su sabor salino. Esta exquisita. Se sirve partida por la mitad, es decir, cada dos conchas forman una pieza.
Si lo anterior era típico y tradicional ¿Qué me dices del espeto de sardinas? Seguramente una de las mejores maneras de comer este pescado. Está sabroso y delicioso. Hubo que repetir una tanda más. Con esto ocurre como con la paella, el espeto es el hierro con el que se ensartan las sardinas o pescados y ha dado nombre al plato.
La zamburiña (Chlamys varia) habita en aguas del Océano Atlántico y del Mar Cantábrico y Mediterráneo, aunque imagino que la mayoría de las que consumimos por aquí provienen de Galicia y Asturias. No es una pequeña vieira (Pecten maximus), es una especie diferente con un sabor gastronómico más concentrado, por eso es más apreciada. A la plancha están muy gustosas, como éstas que nos comimos con un sabroso aliño.
La fritura andaluza debe tener algún estudio, tesis o tratado científico hecho sobre su esencia y técnica y si no se lo merece, porque es una especialidad muy difícil de conseguir fuera de estas tierras. Es todo un arte. Seguro que ya se ha exportado a otros lugares de la península, pero aquí es una especialidad de la que cada cocinero guarda el secreto que piensa que nadie más conoce y que se lo han transmitido sus maestros. Da igual de qué te la hagan siempre está crujiente, fina y nada grasienta. Ésta era de gamba de cristal.
No se trata de una especie de cría de gamba blanca como se suponía, sino que es una especie diferente y se mantiene en ese tamaño y color durante toda su vida. Lo que más llama la atención de este crustáceo es su característico color. Un blanco nacarado, casi transparente. Un tono que desvela la profundidad a la que habita. La gamba cristal procede de las costas andaluzas y su sabor no es tan intenso como el de las otras gambas, aunque la embocadura también es yodada y dulce, pero tiene su interés rebozada y frita. Se come entera, con cáscara y cabeza incluidas.
Las tortitas o tortillitas de camarones tuvieron su origen en Cádiz, pero se han extendido por toda la geografía andaluza, incluso han llegado a muchas otras provincias españolas. Están elaboradas con harina de garbanzos, harina de trigo, cebollita muy picada y perejil, además de los camarones, lógicamente. No llevan huevo. Se hace una masa líquida y se fríen en abundante aceite. Están riquísimas.
La fritura de pescado está totalmente popularizada, pero el estilo andaluz es para mi el mejor. Como se puede apreciar apenas cubre la piel, es una fritura casi transparente, esa finura impide que se acumule la grasa de la freidora en la mínima capa de harina. Estos eran jureles pequeños, "jurelitos". Un pescado azul muy sabroso, que aporta ácidos grasos Omega 3, asimismo, la vitamina B12 que está presente en su carne en cantidades extraordinarias y supera a la que contienen los huevos, lácteos y gran parte de las carnes. ¿A que te los comerías muy a gusto? Pues eso hicimos nosotros. Comer salud.
Siguiendo con el goce de las frituras, no podíamos dejar pasar la ocasión de probar los calamares. Sólo pedimos media ración porque ya llevábamos bastantes platos y queríamos llegar a los postres. Como en las anteriores ocasiones el rebozado de 10 y el calamar tierno y delicioso. No creas que esto son calamares a la romana, estos no llevan huevo, a simple vista se aprecian diferentes, los otros presentan burbujas en su superficie como consecuencia de la fritura del huevo.
Antes de los postres nos despachamos estas gambas cocidas que estaban exquisitas. Perfectas de cocción y con su sabor yodado y un dulzor delicioso de su carne que contrastaba equilibradamente con la sal añadida tras la cocción. Una maravilla.
Me encanta ese ligero sabor dulce del marisco fresco, producido por un aminoácido llamado "glicocola" o "glicina" que generan en su cuerpo para contrarrestar la salinidad del mar. Y eso no lo digo yo, lo dice Harold McGee en su best seller "La cocina y los alimentos" editado por Debate.
Los postres estuvieron correctos, es difícil mantener el nivel de todo lo anterior, una de las opciones elegidas fue este milhojas de nata. Supongo que, como yo, os habéis preguntado por qué le llaman milhojas si solo tiene tres láminas. Esas láminas son de hojaldre y cada una de ellas está formada, normalmente por 730 "hojas" resultado de las seis vueltas en tres pliegues que se le da a la masa. Aquí hay 730 x 3, más de mil, desde luego.
La otra elección fue esta tarta de manzana dulce. ¿Cuántas clases de tarta de manzana existen? Y encima la señora Stéphanie Tatin se equivoca y se inventa una más. Todas suelen estar ricas, normalmente
Este vino se está convirtiendo en un habitual en mis elecciones en los restaurantes, de momento nunca me ha defraudado. Polvorete es un vino de la Bodega Emilio Moro, con una llamativa etiqueta diseñada por el artista mallorquín Domingo Zapata. Está elaborado exclusivamente con la variedad Godello bajo la Denominación de Origen Bierzo. Un vino blanco alegre, divertido y fácil de beber, ideal para adentrarse en la fresca y expresiva variedad Godello.
Esta comida fue un auténtico disfrute. Un magnífico producto, bien tratado en cocina, servido con eficiencia y cortesía, en un entorno cómodo y atractivo. ¡Qué más se puede pedir!