DÉNIA, PARAÍSO PARA GASTRÓNOMOS
No es que en Dénia existan más restaurantes y bares que en otras ciudades de la Península Ibérica, lo que la hace diferente es el nivel de muchos de estos establecimientos, donde se cuida el detalle en las elaboraciones y se procura rescatar y mantener las especialidades típicas de la zona.
Todo ello ayudado por el importante suministro de materia prima de primera calidad que aportan las aguas del mar Mediterráneo que bañan su costa.
Es cierto que existen lugares donde el culto a la gastronomía es importante, como el País Vasco, el Ampurdán, Galicia, etc. Pero lo bueno de Dénia es que no ha hecho gala nunca de ésta condición. No lo explota suficiente.
Además el número de establecimientos hosteleros de calidad no deja de crecer. De uno de ellos nos vamos a ocupar ahora. Lo he conocido en el último viaje que hice a esta ciudad.
Es un local con vinoteca, restaurante y cafetería. Eso para mí ya es un plus, la especialización dentro de un mismo establecimiento. Además con la existencia de la vinoteca se le presupone un buen cuidado en el mantenimiento y servicio de los vinos. Lo que a su vez también me hace esperar que ese interés por disponer de buenos vinos para sus clientes irá acompañado de una buena intención por ofrecer platos que estén a la altura de los vinos. También se organizan catas de vinos.
Como he realizado una única visita solo he tenido ocasión de probar un menú degustación que tienen a un precio de 28 euros, compuesto por cinco platos y un postre. Sin más preámbulos ésta era la propuesta de esa noche. (Afortunadamente he tenido ocasión de venir más veces, siempre de incógnito, y me ratifico en lo bien que se come aquí)
Ensalada templada con queso de cabra. Hojas frescas, sin sorpresas y buen aliño.
Mi cuit con pistacho, acompañado de unos brioches muy tiernos y sabrosos. Muy correcto.
El primer vino fue este Pícaro de Bodegas Matsu. Premio de diseño en Alimentaria 2010. La etiqueta de cada vino de esta trilogía reproduce la imagen de tres personas de diferentes edad, respectivamente. Una idea impactante y «muy novedosa casi a nivel internacional», según ha destacado uno de sus creativos Javier Euba. Las etiquetas buscan transmitir la personalidad de viticultores que encarnan las características del propio vino al que dan nombre: El Pícaro, «un chico de mediana edad, fuerte y valiente, descarado e incontrolable»; El Recio, «un adulto capaz de expresar serenidad, perseverancia y fortaleza y, finalmente», y El Viejo, «sinónimo de plenitud y sabiduría, de conocimiento profundo de la tierra para comprender el lenguaje de sus elementos». (La opinión de Zamora)
Mollejas de cordero con ajos tiernos. En su punto. Este plato me encanta y cuando está bien elaborado lo disfruto mucho.
El otro vino que tomamos fue este Pruno 2009, de Bodegas Finca Villacreces en la Ribera del Duero. La añada 2010 de este vino ha obtenido una puntuación de 94 puntos Parker que, con todas las reservas que podamos tener respecto de estas clasificaciones, es un hecho destacable para un vino que ronda los 10 euros.
Atún a la plancha, sin más, ni falta que le hacía. Tierno, sabroso y en su punto. Pero además bien acompañado, por una crema de patata trufada exquisita, tomate seco confitado y un poco de wasabi. Un plato bien elaborado y presentado con interés.
Ternera de Urugay. Exquisita, tierna y jugosa, con un sabor excelente. El punto elegido por cada uno de los comensales muy acertado. Se nota que hay dominio de la plancha, que no debe ser fácil. Esto lo digo porque en otros sitios no hay manera de que te acierten el punto de la carne o el pescado. Aquí sí.
De postre leche frita y helado de turrón. Nada destacable. No me pareció a la altura de los platos anteriores.
Estoy deseando volver para ver si lo demás está al nivel del menú degustación.
El restaurante está en Passeig del Saladar número 130 Dénia (Alicante). Teléfono 966 427 602.