El sábado 20 de septiembre, en una de las salidas agradables de excursión, bien acompañado, nos detuvimos a almorzar en el Mesón de Vilafamés, no me fijé en el nombre, pero no hay pérdida, al llegar a la plaza de la fuente, frente a esta se encuentra el mesón, en la foto se aprecia el cartel de la cerveza y al frente la torre del castillo para mejor orientación.
Es un local bien surtido, con productos de calidad y buena elaboración, además de la generosidad de las raciones en comida y bebida.
El vino, por copas pero con la botella encima de la mesa a nuestra disposición, era un tempranillo monovarietal de la Tierra de Castilla y León, algo intenso al principio en cuanto a la sensación tánica, pero desapareció en cuanto empezamos a comer, luego es un vino para acompañar comidas consistentes, 13,5 º, capa alta, sin demadiados aromas, solo fruta madura. El bocadillo ya se ve, a mediodía aún no tenía apetito, no comimos hasta las 4 de la tarde en el restaurante de monjes budistas de Cabanes. No hay fotos de la comida por respeto al lugar y a las personas.
Un buen día.