Este restaurante abrió sus puertas el 30 de enero de 2010, llevaba veinte días abierto cuando fuimos, está en la calle Conde de Altea número 47, en 46005 Valencia. Teléfono 963 365 878. Anuncia como especialidad las carnes exóticas y en la carta hay una buena muestra de platos a base de carpaccios y otras presentaciones de carne de búfalo, canguro, antílope, cebra, etc.
El local no es muy amplio, la decoración busca dotar de exotismo el ambiente. Véanse las banquetas de la puerta que son como las del interior, asientos que están sostenidos por cabezas de cocodrilo. Las mesas no están vestidas, simplemente utilizan manteles de papel individuales. Imagino, por la conversación mantenida con la responsable, que será algo eventual, y se pasarán pronto al mantel de tela. En algún momento el ritmo de servicio fue algo lento, pero se subsanó después.
La carta de cervezas, bastante estandarizada, se está implantando en muchos locales de Valencia, es una buena iniciativa poder contar con una pequeña variedad de tipos y marcas de esta bebida. Yo pedí una Paulaner Salvator, es una cerveza medio fuerte, de densa y cremosa espuma, color ámbar oscuro. De buen cuerpo, aroma de caramelo y malta, sabor intenso y agradable. Una buena cerveza para mi gusto.
La carta de vinos, siendo mucho más extensa que la de las cervezas, me pareció muy corta, estamos acostumbrados a que nos ofrezcan tres o cuatro clases de cerveza y pedimos que la carta de vinos tenga al menos cien referencias. No obstante dijeron que la pensaban ampliar, están recién abiertos. Nos tomamos un Cepas Viejas 2006 de Dominio de Tarés. Un buen vino a un precio correcto, 19 euros. Color picota, aromas de frutos negros confitados; ligero balsámico y especiados. En la boca es goloso e intenso, muy agradable de tomar. Gustó bastante.
Empezamos con una ensalada de queso ahumado de búfala con tres elaboraciones de tomate. En la carta está anunciada como ensalada de Tasmania. La mozzarella era de calidad, el ahumado en paja le daba un sabor novedoso y las tres presentaciones de tomate estaban exquisitas y originales.
Después tomamos unos crujientes de queso con sésamo, acompañados de anchoas sobre una cama de rúcula con vinagreta de miel. Una variación del queso con anchoas, al que se le ha incorporado un crujiente mediante la fritura con el sésamo.
Los langostinos fritos con crema de marisco, frutos secos y semilla de amapola, causaron buena impresión. En la aparente sencillez de este plato radica su mérito, aunque los aditamentos no dejaban saborear bien la carne del langostino.
El siguiente plato fue el carpaccio de antílope con vinagreta de trufa. La presentación de esta carne de este modo es un acierto, pues estaba muy tierna y su aroma era muy agradable. Estas carnes, aunque no proceden de animales salvajes, a veces pueden estar algo duras, este no era el caso.
De final pedimos un entrecot de
buey de kobe de la raza wagyu, acompañado de unas verduras salteadas, patatas exquisitas, como corresponde a un plato de este nivel, asadas en el horno con la grasa de un confit de pato. Todo sazonado con sal maldon y negra de Hawai. Evidentemente estaba buena, pero tengo que probarla más para emitir una valoración definitiva, ya que si tenemos en cuenta que un kilo de esta carne vale unos 300 euros, es dificil creer que un filete cueste 35 euros en un restaurante. Por lo que podemos suponer que será un entrecot "tipo kobe" importado de algún otro país donde se cria esta raza wagyu.
De postres tomamos un crep de dátiles y manzana, con salsa de yogurt y azúcar moreno. Bueno.
El final fue un brownie de chocolate con papel de cacao, en carta aparece como tarta australiana. La porción que se ve en la foto corresponde a cinco raciones.
En conclusión, un lugar exótico para probar una buena variedad de carnes nada habituales por aquí, solo hay otro local en Valencia que las tenga. Han anunciado que van a incorporar a la carta platos de huevos de avestruz. Es interesante probarlo.
El precio final por persona ronda los 32 euros, con cervezas, dos botellas de vino y cafés.
