Bodegas y Viñedos Ponce es una empresa familiar que trabaja parcelas propias y arrendadas. Todos los trabajos de cultivo de la uva y elaboración del vino se hacen de forma artesanal, según las directrices del cultivo biodinámico, es decir cultivo ecológico que aprovecha las fuerzas y ciclos de la naturaleza para extraer los mejores resultados de las cosechas.
Esta bodega trabaja exclusivamente con uva bobal de la denominación de origen Manchuela, cepas en vaso, nada de espaldera, con edades avanzadas, algunas hasta de ochenta años. También disponen de cepas sin injerto, lo que se denomina "pie franco", es decir son cepas sin portainjertos americano, aquel que se empezó a utilizar cuando llegó la filoxera a España y las raíces autóctonas eran devoradas por este nematodo, como las raíces americanas resistían el ataque de la filoxera, fueron sustituyendo a las originales. Solo se salvaron aquellas que estaban plantadas en suelos arenoso-calcáreos o volcánicos, donde el bicho no se encuentra a gusto.
Esta bodega dispone de algunas cepas de las que extrae un vino "diferente". Es curioso decir hoy que el vino diferente es el que se ha cultivado aquí durante miles de años.
La política de esta bodega en cuanto a la elaboración de sus vinos es la de trabajar las uvas según la procedencia y características de la parcela donde se cultivan.
De este modo con una misma variedad de uva elaboran diferentes tipos de vino, a pesar de tener todos ellos el mismo tiempo de crianza en barrica o depósitos de madera.
El día 13 de enero de 2009 se presentaron en el club de Enófilos de Valencia, tres de estos vinos, el primero llamado La Casilla 2007, es un vino monovarietal, como todos los demás, con 14 º de alcohol, once meses de crianza en diversas barricas o toneles de roble francés, generalmente de 300 o 400 litros. La cata resultó dificultosa por la baja temperatura del vino, ya que venía directamente de la calle sin atemperar, y estos días hace frío en Valencia. De aspecto limpio con un color rojo cereza y capa medio alta. En la fase olfativa es donde más difícil era de evaluar, ya que el frío impedía la volatilización de las moléculas olorosas, a fuerza de mantenerlo en la copa y calentar esta con las manos se apreciaron aromas que recordaban a las cerezas maduras, y algunos tostados. En la boca la baja temperatura le beneficiaba, ya que así los vinos resultan más dóciles. En este caso el vino resultó ligero, redondo, suave, fresco y aterciopelado. La permanencia en la boca es de duración media y deja bastante satisfecho.
El segundo vino que se cató fue el PF 2007, iniciales de pie franco, para indicar su procedencia, una única parcela es el origen de este vino de aspecto similar al anterior, también con once meses de barrica de roble francés de capacidad de 300 litros, 14,5º, color rojo cereza y capa medio alta. Con algo más de intensidad aromática que el anterior, con predominio del aroma varietal, a mí me recordaba también a las cerezas maduras, un recuerdo a mineral, propio de las cepas con pie franco, sus raíces son capaces de profundizar mucho más en la tierra para buscar agua y alimento. En la botella que catamos existía un residuo de sulfuroso que desapareció al agitar el vino.
En la boca resultó redondo y con un tanino ligero y agradable.
El tercer vino, elaborado al gusto del enólogo, es el vino con más personalidad de los tres. Lo llaman La Casilla viña estrecha. Está elaborado a partir de 1500 cepas de entre 60 y 80 años. De color cereza picota, algo turbio, por no haber sido clarificado, capa medio alta. Aromas más complejos y finos que los anteriores, afrutado, especiado, tostados y regaliz. En la boca se muestra muy elegante, fresco, redondo, suave, con taninos dulces y una marcada personalidad.
Una buena muestra de lo que se puede hacer hoy en día con la bobal, una uva que solo se cultivaba para dar color y grado alcohólico a otros vinos. El buen hacer de Juan Antonio Ponce y su familia están demostrando las posibilidades de esta variedad.
