Estrenamos restaurante
¿Qué nos hace elegir un restaurante del que no tenemos ninguna referencia? Pasé por su puerta el otro día y algo me hizo clic en la cabeza, me dio por pensar que había que ir, que tenía que probar y ver si mi intuición seguía fina. Han abierto a principios de octubre de 2022, llevan apenas dos meses y poco más en funcionamiento, pero, aunque evidentemente hay cosas que pulir, la impresión que obtuve de esta primera experiencia fue muy positiva.
Tiene una carta bastante amplia, sin excederse, con una predominancia de cocina mediterránea con algún guiño a la cocina oriental (tataki, bao, poke, teriyaki, y para de contar). Según dicen se elabora todo en el restaurante, hasta la masa de las cocas, eso supone que no trabajan con quinta gama ni cosas parecidas. Algunos de los platos están teniendo mucho éxito entre los que ya han pasado por su comedor. Parece que las bravas hacen furor y las tostas también. Como se aprecia en la foto, el local mantiene una buena distancia entre mesas, además dispone de una amplia terraza que da a un jardín sin tráfico rodado (Se aprecia o intuye en la foto de la cabecera).
Como era una primera aproximación procuramos probar platos de casi toda la carta. Nos saltamos las ensaladas y el pescado. Empezamos con una tosta de anchoa y otra de sardina ahumada con mantequilla y alga nori. Buen producto, hasta el pan tostado estaba bueno.
Coca "cero" de boletus, foie, huevo de codorniz y crema de vino. Preguntamos que significaba lo de "cero" y nos explicaron que es porque todo lo hacen ellos, desde el amasado y fermentado de la masa hasta el final. El resultado es muy bueno, se come con interés.
Tataki de presa con mango picante y vino especiado. ¿A que te apetece? Pues no te equivocas, estaba exquisito. Pero aquí no acabó la cosa, vamos a más.
Entraña a baja temperatura con chimichurri Laboratorio. Un toque argentino en la carta muy acertado, es del plato que más me estoy acordando días después, aún cuando todos los demás estaban también buenos. Este corte se localiza en la parte interior de las costillas de la ternera. Es un tipo de pieza alargada, estrecha y de forma rectangular como se aprecia en la foto. Estaba tierna y sabrosa. Pero además las patatas que la acompañaban merecen una mención especial, buenísimas.
De postre compartimos esta Pasión de chocolate al cubo (tres chocolates: bizcocho, helado y cremoso) con salsa de maracuyá y crujiente de pasta filo. Aunque no soy goloso, el chocolate es chocolate y la construcción del plato es muy acertada. Muy recomendable.
Ahora llegamos a la asignatura pendiente, la carta de vinos es muy corta y clásica, pero nos aseguraron que están trabajando en ella. Del Viña Pomal ya se ha escrito tanto y lo conoce tanta gente que me da apuro hablar de él. Pero bueno, está elaborado por Bodegas Bilbaínas, es el más conocido de sus vinos, es un 100% tempranillo, permanece 12 meses en barricas de roble americano y un mínimo de 6 meses en botella. Su aroma te traslada al clasicismo de la Rioja, frutos negros y torrefactos. En la boca se reafirma la primera impresión, vuelves a recordar esos riojas de antaño, tiene buena estructura y entra bien.
Para finalizar os diré que la buena impresión que me ha causado este restaurante me hace presagiar que lo visitaré pronto y en varias ocasiones, seguro.