Torrefactado ¿asesino o encubridor?

por paco
Café
La importancia de un buen café en un restaurante no está bien valorada

Está claro que para gustos los colores, pero a veces resulta increíble el empeño por estropear algo que ya es bueno de por sí. En este caso me refiero al café, y en concreto al café torrefacto. Yo sabía hace mucho tiempo que a esta modalidad de café se le añade azúcar en la fase de tostado para que, al quemarse ésta, el sabor amargo natural del café se incremente notablemente con el azúcar quemada, así como su color, tornándose prácticamente negro. No entendí nunca el gusto por el producto resultante, pero ahora que he conocido que los únicos países que realizan este proceso son España, Portugal, Francia, Argentina y Costa Rica, pienso que se trata de una práctica poco extendida con razón. Originalmente se implantó por la creencia errónea de que así se protegía al café, pero en la actualidad parece que mas bien se trata de una técnica para disimular la mala calidad de algunos granos.

Ésta técnica confiere al café un amargor característico que puede gustar, pero no debe confundirse con la fortaleza o amargor de algunos cafés naturales, pues el torrefacto esconde las cualidades aromáticas de un buen café, por lo que no hemos de esperar encontrar grandes calidades de café con este tipo de elaboración.

Éstos cafés, generalmente, requieren de grandes dosis de azúcar para poder ser ingeridos, lo cual acaba por desvirtuar totalmente el producto. Reconozco que a mí me gusta el café sin azúcar, pues sólo de ese modo puedo disfrutar de todo su sabor

Esta reflexión viene a cuento de una conversación mantenida con Juan Ferrer (Enópata) sobre la calidad de los cafés de cafetería y restaurantes. Yo le contaba la cantidad de cafés que me he dejado sobre la mesa por encontrarlos desagradables. Generalmente cafés torrefactos, de más bajo precio que los cafés de tostado natural.

La conclusión es que no entiendo como, por ahorrar unos céntimos o ganarlos en algún caso, se puede ofrecer un producto de tan baja calidad, que generalmente se toma al final de toda una comida y es el último recuerdo que nos vamos a llevar del establecimiento. Luego el café puede aportar un valor añadido al restaurante.

Por lo tanto, ¿qué es el torrefacto a los cafés? Un asesino de sabores y aromas, o un encubridor de defectos del grano o de un mal tostado.

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